Inmersos en pleno Quinario dedicado a nuestro Amantísmo
Titular, el Stmo. Cristo de
la
Conversión, llama a nuestras puertas la intervención de un
compañero de la segunda trabajadera que, con enorme ilusión, comparte con todos
nosotros algunas reflexiones.
Eduardo Márquez Guisado, Edu para nosotros, pertenece a las
Hermandades de Montserrat ( Sevilla) y Vera Cruz ( Tocina ), formando parte de
nuestra cuadrilla desde hace cuatro años. Cuenta con 27 años de edad, y trabaja
actualmente en una conocida entidad bancaria.
Hace mucho tiempo que conocí a Edu, siendo prácticamente un
niño, y durante todo este tiempo ha sido una persona dispuesta a colaborar y a
trabajar, por y para su Hermandad.
Edu estuvo mucho tiempo pendiente de ocupar un sitio en la
cuadrilla, acudiendo a "mudás", "desarmás", y
estando siempre presente en todas nuestras convocatorias, hasta que
un día llegó su momento, de lo cual me alegro enormemente porque Edu es un
hombre cabal, responsable y humilde en su trabajo costalero, cualidades que
considero fundamentales en este noble oficio.
Sin más, os dejo con las palabras de Edu en esta sección que
tanto fruto está dando.
TIEMPO DE ESPERA
Buenos tardes a todos
No quería pasar esta oportunidad
también sin darle las gracias a Pepe por darme la oportunidad de escribir estas
líneas en nuestro blog, aunque el arte de escribir no es algo que esté entre
mis virtudes lo voy a intentar.
Antes de nada quería daros mi más
sincera enhorabuena a TODOS, a la cuadrilla del Santísimo Cristo de la Conversión no sólo por
su buen trabajo realizado cada Viernes Santo, que también, sino porque no somos
simplemente un grupo de hombres que con mucha fe procesionamos con nuestros
titulares, somos mucho más que eso. Entre todos hemos conseguido crear
hermandad, convivencia, amistad y un largo etcétera que no sabría describir en
unas pocas líneas.
Este año es muy especial para
nosotros los cofrades. Aún nos estamos quitando los caramelos de los zapatos de
las pasadas cabalgatas, cuando se entremezclan chirigotas, comparsas y
cuartetos con ensayos, igualás, limpieza de enseres, ya se nos va haciendo ese
nudo en el estómago que todos los años nos acompaña. Todo esto es debido a que
este año formamos parte de un acontecimiento histórico en el cual tendremos
Dios mediante el privilegio de participar de forma activa “El Vía Crucis de la
Fe”.
Este vía crucis representa uno de
los actos organizados para celebrar lo que todos los cristianos conmemoramos, “el
año de la fe”, algo que en los tiempos en que vivimos debe acentuarse mucho
más, fe que cada Viernes Santo le enseñamos al pueblo de Sevilla a través del
trabajo duro pero a la vez gratificante y privilegiado de salir de costalero.
Pienso que TODOS debemos ser
consecuente con lo que tenemos el honor y el privilegio de llevar encima, ya
que antes que costalero somos cristianos de fe, tenemos el privilegio de CREAR
FE, sí, de crear fe, de evangelizar, de transmitirle a nuestros hermanos la fe
que procesamos y llevamos sobre nuestros hombros. Esos pelos de punta cuando se
dedica una levantá, ese compañero que se te pega porque te ve apuraete de
vuelta y te dice ¿cómo vas?, y porque
no, ese grito de cuando una voz que dice ¿Cómo van los notas? MACIZOS!!
Ni que decir tiene que todo aquel
que me conoce sabe que mi corazón está dividido entre mis dos hermandades, la
hermandad de Montserrat y la hermandad de la Vera-Cruz de Tocina, de las cuales
intento formar parte activa no solo el viernes santo paseando a nuestro Señor
de la Conversión ni el Domingo de Ramos cuando me meto bajo las trabajadoras
del paso de la sagrada entrada de Jesús en Jerusalén, mas conocido como la
borriquita o “la Burra” como algunos le llaman, sino también intentando en la
medida de lo posible ser partícipe en todo lo que mi hermandad me requiere.
Particularmente la afición por el
costal me viene de familia, ya que desde muy muy pequeño acompañaba a mi padre
a ensayos del Santísimo Cristo de la Vera Cruz de Tocina, paso antiguo de la
hermandad de la Hiniesta, de caoba maciza vendido a dicha hermandad debido a
que muchos profesionales se negaban a sacarlo por su excesivo peso y donde esos
hombres iban de mármol a mármol y muchas veces sin la cuadrilla completa,
sinceramente y desde mi punto de vista creo que eran hombres que estaban hechos
de otra pasta. Dicha hermandad es la de mi familia paterna de toda la vida,
siendo mi abuelo el número 1 de la hermandad aparte de hermano mayor durante un
largo espacio de tiempo.
A la hermandad de Montserrat
llegué de la mano de un íntimo amigo que conocí el primer año de carrera y el
cual desde primera hora me trasmitió ese sentimiento por nuestros titulares que
no tardé en hacer míos, aquí he conocido a muchos personas, he limpiado plata,
hecho convivencias, viajes, hemos organizado partidos de fútbol, porque no
decirlo nos hemos emborrachado juntos… y ahora tengo el honor de decir que mi
gente, los que considero mis amigos todos pertenecen a esta bendita hermandad.
Tras varios años saliendo de acólito tuve la oportunidad de salir de costalero
y llevar sobre mis hombros al Señor de mis amores, mi padre bendito el Señor de
la Conversión,
momento en que guardo en mi memoria con mucho cariño, sólo espero y a él
siempre se lo pido que me de salud y fuerza para que cada año pueda cuajarme
bien en el palo, apretar los dientes y aguantar los kilos que vayan cayendo.
Un fuerte abrazo a todos y nos
vemos debajo
Eduardo Márquez